La Muerte de Hertz

La muerte de Willian Hertz fue tanto el resultado de una estudiada operación de inteligencia, como un fabuloso golpe de suerte.
Desde su desaparición en Europa al final de la Primera Guerra Mundial, hasta su localización poco antes del fin de la Segunda Guerra Mundial, Willian Hertz se había ocultado en los Estados Unidos. Allí, en Estados Unidos, Hertz había comenzado a esparcir su semilla de oscuridad. Influyendo en las comunidades esotéricas del país, con una oscura propaganda de poder y corrupción.
Fue un golpe de suerte que Hertz se encaminase hasta Alamogordo -algunos analistas posteriores opinan que Hertz, al igual que otro grandes poderes de la historia, de alguna forma son atraídos de forma inconsciente hacia puntos de inflexión en el tiempo, momentos trascendentales de la historia que están po devenir-. Y allí, en Alamo Gordo coincidiera con la presencia de grandes tecnócratas y una nueva arma que debería de poner fin a todas las guerras.
La muerte de Willian Hertz no fue una muerte sin consecuencias. El eco de oscuridad que levantó con su último aliento se propagó más allá del Guantelete, hasta alcanzar las regiones de más oscuras del Umbra Profundo.
Tiempo después, algunas sondas de los Ingenieros del Vacío reportaron actividades anómalas en el Umbra, emisiones de radiación de ámbito sinodal que se propagaban a través del espacio.
En 1990 se lanza el espacio el Telescopio Hubble, con el objetivo de encontrar el origen de las radiaciones que durante casi medio siglo habían estado erizando el pelo de los Ingenieros de Vacío. los resultado no se hicieron de esperar y en pocos meses señalaron como origen de las mismas un vórtice de energía Qlippotica que se formándose en al frontera del Umbra.